Lanza mas lejos sin gastar dinero

Aunque sabemos que cañas, carretes, sedales, plomos y montajes son determinantes en gran medida en el alcance de nuestros lances, no todo radica en nuestro equipo; sabemos también que nuestra mecánica corporal es decisiva para lograr realizar buenos lances y ganar la distancia necesaria, así como para alcanzar el punto de calado deseado cuando enviamos nuestro aparejo volando por encima de los ciento y bastantes metros. Pero aún hay más; todo esto se redondea con una cuestión determinante que solemos desconocer o a la que le restamos relevancia, y es nuestro pensamiento.

es determinante porque según cómo pensemos y según qué pensemos, nuestro equipo y nuestra mecánica corporal desplegarán su potencial o sencillamente no lo harán; ahí radica el punto de inflexión en la calidad del lance, así que vamos a abordar algunas cuestiones al respecto que tal vez nos ayuden a mejorar nuestros lances más allá de nuestros equipos y movimientos. Prepara tus equipos, esmérate en perfilar bien todo el material de pesca, en buscar información y en encontrar los cebos apropiados, pero no olvides cuidar tus pensamientos, ya que si éstos no te ayudan te pueden limitar y conducir a un desempeño de la acción de pesca que no te permita realizar capturas, o al menos pescar alcanzando tus distancias buenas de lance.



Hoy sabemos que el entrenamiento emocional y cognitivo es algo fundamental, decisivo en el deporte, y en la pesca, aunque ya se comienza a trabajar a nivel individual en algunos casos, es algo desconocido, incluso algo a lo que no le prestamos la más mínima atención, pues pensamos que lo que de verdad importa es un sedal ultra fino, una bobina del mejor diseño posible y una caña perfecta. Así que vamos a comentar algunos aspectos que te pueden permitir mejorar, pero sobre todo disfrutar más de la pesca, y de forma muy focalizada del lance, de cada lance. Lanzar es una acción exigente, más cuando debemos alcanzar una distancia mínima para estar en la zona de captura, ahí es donde esa obligación se nos puede ir de las manos y ponerse en contra de nosotros mismos si dejamos que nuestra mente vaya por libre. Son sólo unos apuntes, pero tal vez nos atraigan para que nos interesemos cada vez más en este aspecto del entrenamiento para lograr lanzar mejor.

El surfcasting esta en la mente

Podemos buscar información meteorológica en internet, localizar la información necesaria sobre estado de la mar y la acción de las mareas, encontrar los cebos apropiados para la fecha y el lugar de pescar, tener nuestros mejores equipos a punto, cargar sedal nuevo, lo que queramos, pero si nuestro pensamiento nos la juega, todo esto servirá de muy poco. Existe la creencia generalizada de que la ilusión por salir de pesca y por lograr capturas importantes en número o peso, son motivos suficientes y hasta decisivos para motivarnos y lograr que alcancemos distancias notables con nuestros lances, para que todo salga perfecto, pero no, no es así. Lo que sucede, o lo que proyectamos en nuestro pensamiento sobre lo que nos gustaría que pasara, no determina cómo actuamos en el momento de pescar, de lanzar; es lo que pensamos sobre todo ello, sobre lo previsto e imprevisto, sobre lo proyectado y lo real, lo que nos afecta. Pensemos un momento en esas jornadas en las que esperamos lograr buenos resultados, sea pesca lúdica o de competición; llevamos días, incluso semanas motivándonos, recreando en nuestro pensamiento lances perfectos, largos, bien calculados, con buena entrada en el agua, alcanzando distancias importantes, llegando allí donde los demás, la mayoría, no llegan.

El momento de de lanzar

Este pensamiento, trabajado a través de visualizaciones positivas, nos ayuda notablemente, es una buena herramienta de entrenamiento, y lo cierto es que sirve. Pero si nuestro pensamiento en el momento real no nos acompaña al respecto, si no logramos aislarnos de los pensamientos negativos o estresantes (“no llego donde esperaba, tenía que haber traído otra caña”, “mi vecino de puesto me saca cuarenta metros o más en cada lance, tengo que hacer algo y hacerlo ya o perderé”), sentir atención plena en cada instante, y adaptar nuestros pensamientos a lo que sucede, sin hipotecarnos ni autoengañarnos, no lograremos más que derrumbar nuestro desempeño con los lances, lanzaremos mal, incluso peor que nunca.



El equipo y la técnica son muy importantes, pero nuestros pensamientos son fundamentales para que puedan desplegar sus aportaciones y lograr buenos lances; esto funciona así, en la pesca y en cualquier disciplina lúdica o deportiva, y también por supuesto en nuestro día a día. Por ello merece la pena comenzar a cambiar algunos esquemas mentales para favorecer que poco a poco podamos mejorar, primero en el disfrute de lo que hacemos, y después, y como consecuencia que retroalimentará esa percepción de bienestar, en nuestros lances. Hay que quitarse presión por la obligación de lanzar más lejos, y cargarnos de objetividad centrándonos en lanzar mejor; ahí comienza el camino más efectivo para conseguir alcanzar mayores distancias de lance, las máximas incluso que nos permitan nuestros equipos y técnica.

Piensa como pescar y donde pescar

Esto que comentamos, pensar en la acción de pesca de la próxima jornada y hacerlo desde antes, nos permite, si lo hacemos bien, tener asumidas ciertas variables. Más que pensar constantemente en llegar lejos con los lances, merece la pena visualizarnos en el pesquero, situados frente al agua, preparando el lance; recrearemos en nuestra mente toda la acción de lance, viéndonos a nosotros, intentando corregir lo que apreciemos que se puede mejorar.

Puede parecer algo absurdo, pero si nos acostumbramos a ello vamos a comprobar cómo en el momento real de la pesca nos situamos mejor, cogemos mejor la caña, desplegamos mejor nuestra mecánica corporal de lance y cargamos y descargamos la caña de forma más equilibrada, suave y efectiva, sin caer en las estridencias de querer lanzar como con una fusta, sino dejando que el equipo despliegue su potencial según aplicamos en él nuestra energía a través del movimiento. Entrena en seco si puedes, adopta la posición de lance, sin caña, y repasa tus movimientos de principio a fin, esmérate en cuidar los detalles de posición, reparto de peso, giro, empuje…, y graba esto en tu mente, para que luego puedas visualizarlo a modo de entrenamiento, permitiéndote incluso corregir lo que creas que puedes mejorar. No te veas como el campeón del mundo, debes verte a ti mismo, pero realizando bien tu cometido, porque si optimizas lo que está en tus manos realmente eres un campeón, te lo aseguro.

Sólo con pensar no es suficiente en el surfcasting

Durante la acción de pesca debes intentar centrarte en cuidar cada momento del lance; no caigas en errores habituales como querer que la caña lance sola, o que seas tú quien empuje el plomo. Ni lo uno, ni lo otro. Si has entrenado bien tus visualizaciones adoptarás una posición adecuada, que puedes corregir en vivo, pero partirás ya de un previo importante. No necesitas controlar tu respiración, porque lo importante no es eso en ese momento, lo que necesitas es, estando tal y como estás, aplicar bien tu cuerpo y tu técnica para que el equipo haga el resto, y redondearlo todo con tu pensamiento. Olvida ese equívoco que te encamina a pensar casi obsesivamente “tengo que lanzar bien, tengo que lanzar bien, tengo que lanzar bien…”, por mucho que lo repitas no lo vas a conseguir con esto, al menos no sólo con esto. Esta autosugestión no nos resuelve la situación, es más, a menudo nos encamina a todo lo contrario, y por si fuese poco si no logramos lo que pretendemos nos venimos abajo.



Las terapias que nos ayudan en el entrenamiento deportivo en la actualidad nos han permitido asumir en su justa proporción los postulados al respecto, caso de los fundamentados por Emile Coué en la década de los años 20 del siglo pasado. La sugestión no lo es todo, ni mucho menos; mejor, mucho mejor, es sosegar y equilibrar nuestros pensamientos.

Céntrate y concéntrate en lanzar

Siente cada lance como lo que es, algo único, cada lance sale como sale, y nunca hay dos lances iguales, ni para bien ni para mal, pero es fundamental que en el momento de prepararte para lanzar, para cada lance, te centres en lo que estás, en poner tu empeño y tu intención en realizar el lance bien, como sabes que puedes, sin obligarte a romper marcas ni a superar a nadie. No te exijas más allá de lo posible, de lo que realmente puedes lograr, porque si no consigues lo que te obligas a lograr vas a caer en un desánimo que no te ayuda en nada, rompe tu equilibrio y te encamina a lanzar mucho peor de lo que sabes y puedes.



Deja que tus pensamientos recorran tu mente, no te aferres a ellos ni luches por doblegarlos si puedes, páralos si van en tu contra, y si crees que no es posible déjalos estar; la mente humana es sumamente maravillosa, pero hay que conocer sus rutinas, trucos y demás estrategias, porque si te empeñas en querer quitártelos de la cabeza les das más poder, porque les prestas mucha atención, y tu cerebro entiende que si les prestas mucha atención es que te interesan, así que seguirá enviándotelos; esto en la pesca lúdica es importante, en la competición suele ser decisivo. En cuanto sueltes el sedal y la caña descargue el lance céntrate en ver el plomo volar, no valores ni evalúes cómo vuela, sólo fíjate en su vuelo; olvida lo demás por unos instantes, y celebra su entrada en el agua. Ha sido un buen lance, puedes mejorarlo, seguramente, pero en ese momento y en esas circunstancias es el mejor lance que has podido realizar. Si te has quedado corto o te has desviado anótalo en tu mente para el próximo lance, y a partir de ahí olvida si deberías haber alcanzado más metros; el aparejo ya está pescando, ahora céntrate en la siguiente caña, o revisa los carretes, o presta atención a los punteros, pero olvida ya ese lance; esta desconexión te sirve para rebajar la ansiedad por lograr lances cada vez más largos.

Las voces que tienes en tu mente…

Nuestra mente está especializada en mantenernos siempre ocupados, por eso no dejamos de pensar ni un solo instante. Si a esta realidad le sumamos el estrés negativo del momento, y la necesidad de alcanzar largas distancias en los lances, estaremos activando el famoso runrún de nuestra cabeza, algo que nos puede ayudar si lo mantenemos en unos límites tolerables, pero que puede hacernos bajar nuestro rendimiento si nos dejamos llevar por él. Podemos terminar literalmente agotados si en una situación tensa mientras pescamos, y sobre todo mientras competimos, nos dejamos ganar por esa sucesión de pensamientos rápidos, a veces desproporcionados, muchas veces limitantes e incluso caóticos. Cada uno nos conocemos mejor que nadie, y sabemos si somos de esas personas que se dejan llevar por esta situación y su cabeza se vuelve un hervidero de vez en cuando. Céntrate en observarte mientras lanzas; si estás pensando en el lance, visualizando una mecánica correcta y bien realizada, si ves el plomo volar como te gusta y llegar lejos, muy lejos, si estás centrado en los previos de la acción de lance y poniendo a disposición de ese lance todos tus recursos, los físicos, los mentales y los emocionales, buen camino; por ahí lograremos mejorar. Pero si mientras estás situándote, tu mente te bombardea con cosas como éstas, “tengo que lanzar mejor que nunca, venga, que puedes…”, “llevo tres horas sin picadas, tenía que haberme traído llobarrero, estas gusanas me están fastidiando la pesca…”, “todos están lanzando mucho mejor que yo, y sacando peces, soy un desastre, voy a probar a cambiar de forma de lanzar, a ver si hago algo, vaya desastre…”, te aseguro que no lanzarás bien, incluso lanzarás mal. Pensemos que el equipo no lo es todo, y que nuestra técnica tiene un notable valor, pero si nuestra mente no deja desplegar al cuerpo su acción con soltura, libertad, acierto, empuje equilibrado, etcétera, la caña y el carrete no sacarán provecho de la acción, porque o estaremos sobrepasando la energía que debemos aplicar o quedándonos cortos, o rígidos, o sin elasticidad, o tan cabreados que lanzaremos peor que cuando comenzábamos en la pesca, hace tal vez décadas.

Evita las lesiones en el surfcasting

Es una buena idea aprender que ni en el lance ni en la pesca nos va la vida; es una afición o un deporte, según actuemos, pero no tiene una importancia tal que deba sacarnos de nuestro equilibrio. Pensemos en una final olímpica; si los finalistas se embotan de necesidad y obligación de ganar posiblemente no ejecuten bien su ejercicio o su práctica, les faltará libertad para quitarse el corsé mental limitante, y si no se lo quitan rara vez ganarán.



A nosotros, salvando las distancias, nos pasa igual. Tal vez alguien recuerde alguna ocasión en la que ha querido destacar ante otros pescadores con sus lances; si su mente se llenó de pensamientos de obligado cumplimiento, como “tienes que demostrar que lanzas mejor que ellos”, o “como no hagas un pedazo de lance vas a hacer el ridículo, con el equipo tan caro que tienes, como no les ganes va a haber cachondeo…”, estoy convencido de que no lanzó ni siquiera medianamente bien. Si ves que no puedes quitarte ese runrún de la cabeza prueba a anotar unas instrucciones que debes repetirte en cada lance; es una fórmula para que tu atención no se vuelva contra ti y te remita a esos pensamientos obsesivos y limitantes. Prueba con algo similar a esto, anótalo, te lo aprendes, y lo repites en cada lance; prueba e insiste, persevera hasta mecanizarlo, los resultados positivos comenzarán a llegar pronto, y lo primero que vas a notar es que lanzas menos tenso y dejando actuar mejor a tu cuerpo y a tu equipo: “sitúate bien, gira la cintura como has entrenado; suelta los hombros, deja de lado la rigidez; mueve tus brazos con elasticidad, coge bien la caña y deposita con tiento el plomo en el suelo, en la posición que ya conoces; equilibra tu peso en ambas piernas, vas a lanzar y a disfrutar este lance, salga como salga, pero posiblemente te va a salir un buen lance; aplícate, técnica, energía, movimiento…, ¡lance!”.

Diseñando una rutina a tu medida (ésta es sólo un ejemplo), memorizándola y repitiéndola en cada lance, vas a conseguir estar mucho más centrado y organizar tus lances siempre de una forma muy parecida, con lo que estás en el camino de la mejora, ya que detectarás rápidamente los desvíos o fallos en cada lance, y a la vez podrás sentir y disfrutar esos buenos lances que te van a ir saliendo de forma más natural y frecuente.

La importancia del entrenamiento en la pesca surfcasting

Si tomamos conciencia de la importancia del entrenamiento de nuestro pensamiento y nos ponemos a buscar fórmulas que nos permitan mejorar nuestro desempeño y rendimiento deportivo en el lance a surfcasting, no sólo vamos a encaminarnos a la mejora de resultados en nuestras jornadas de pesca habituales, sino que en la competición, sea puntual o sistemática según los casos, lograremos igualmente un incremento en nuestra eficacia, y podremos obtener posiblemente mejores puntuaciones. Pero antes de continuar me gustaría dejar claro que entrenar nuestros pensamientos no nos conduce por sistema a esa mejora, sino que deberemos interiorizar esta dinámica para que veamos resultados, y sobre ello advierto que este entrenamiento no hace milagros, aunque sí consigue cambios positivos que a menudo nos permiten esa mejora que buscamos.



Estamos tan sólo comentando algunos aspectos de este entrenamiento sin entrar en grandes profundidades, ya que el espacio nos limita, y este entrenamiento tiene su metodología y su aprendizaje; no todo es cuestión de desvelar grandes secretos en unas cuantas páginas, aunque posiblemente sí volvamos más adelante a profundizar en algunos aspectos que pueden servirnos de impulso en la mejora. Para comenzar a trabajar tus pensamientos debes considerar que el estrés negativo es una barrera en tu vida, y también en el disfrute de tu afición o deporte, según practiques la pesca como actividad lúdica o como disciplina deportiva al competir. Si pescas en tensión excesiva y no productiva, no podrás equilibrar tus pensamientos con facilidad para que te permitan mecanizar bien y lanzar de forma eficaz. El estrés es así, tiene una parte adaptativa que es la que nos permitirá ganar recorrido en nuestro entrenamiento, y una negativa que nos limita, como hemos señalado.

Es surfcasting tiene que ser relajante

Por eso lo primero es pararte a pensar y anotar en una libreta todo lo que crees que te estresa cuando vas a salir a pescar; no somos conscientes, pero a veces estamos demasiado nerviosos simplemente porque vamos a una zona desconocida, con pescadores con los que no compartimos jornadas habitualmente, incluso hay quien se estresa excesivamente y lo padece por tener que llegar al pesquero a través de caminos complicados, o por tener que dejar el coche toda la noche en un lugar apartado, por citar algunos ejemplos. Como hemos señalado antes no nos afecta lo que sucede, sino lo que os decimos al respecto; por ello, si vas de pesca y tu mente es un hervidero de ideas que te preocupan o te absorben, ya te estás limitando, y lanzarás mecánicamente si no logras parar y enfocarte en el disfrute del momento de la pesca en sí; este “estar en el momento” o atención plena se entrena con técnicas  con grandes resultados en un tiempo relativamente corto. Tu entrenamiento cognitivo tiene tanto peso que si logras dar algunos pasos de mejora vas a comprobar como todo va cambiando hacia una dirección diferente, una dirección que podrás encaminar con mayor facilidad hacia lo que deseas, en este caso disfrutar de la acción de pesca y mejorar tus lances, ya que con carácter general es esta mejora la que más preocupa a muchos pescadores.

Los primeros trabajos para ganar confianza en el surfcasting

Si logras que tus pensamientos no te limiten ni te abstraigan del momento vas a poder poner todo tu empeño, empuje, decisión e intención en cada lance, y así, disfrutes de una jornada pausada con escasa picadas o de una jornada intensa de pesca rápida, sea como sea, este entrenamiento te va a permitir, gradualmente, ganar confianza en lo que decides y haces, lograr mejor rendimiento tanto en el lance como en la recuperación de piezas de peso o complicadas, y desprenderte en buena medida del estrés que a menudo te atenaza, te limita y te reduce. Seguiremos abordando más aspectos de este entrenamiento más adelante; de momento ya tenemos tarea: localizar y concretar los aspectos que nos afectan negativamente, así sabremos lo que tenemos que ir cambiando, asumiendo y proyectando, para estar cada vez más centrados, presentes y en disposición de desplegar todos nuestros recursos a nuestro favor y al de nuestros lances .